jueves, 4 de junio de 2015

LOS MODELOS EDUCATIVOS

Los modelos educativos son visiones sintéticas de teorías o enfoques pedagógicos que orientan a los especialistas y a los profesores en la elaboración y análisis de los programas de estudios; en la sistematización del proceso de enseñanza-aprendizaje, o bien en la comprensión de alguna parte de un programa de estudios. 

Se podría decir que los modelos educativos son los patrones conceptuales que permiten esquematizar de forma clara y sintética las partes y los elementos de un programa de estudios, o bien los componentes de una de sus partes.

También los modelos educativos son, como señala Antonio Gago Huguet, una representación arquetípica o ejemplar del proceso de enseñanza-aprendizaje, en la que se exhibe la distribución de funciones y la secuencia de operaciones en la forma ideal que resulta de las experiencias recogidas al ejecutar una teoría del aprendizaje.

Los modelos educativos varían según el periodo histórico en que aparecen y tienen vigencia, en el grado de complejidad, en el tipo y número de partes que presentan, así como en el énfasis que ponen los autores en algunos de los componentes o en las relaciones de sus elementos. 



El conocimiento de los modelos educativos permite a los docentes tener un panorama de cómo se elaboran los programas, de cómo operan y cuáles son los elementos que desempeñan un papel determinante en un programa o en una planeación didáctica.

En algunos de los modelos educativos, los profesores pueden ver claramente los elementos más generales que intervienen en una planeación didáctica, así como las relaciones de antecedente y consecuente que guardan entre sí. 









El conocimiento que se tenga de los programas y de sus partes será determinante para que los docentes elaboren planeaciones didácticas eficientes y obtengan resultados mejores en el aula.





1 comentario:

  1. Los programas de estudio más ligeros en contenidos y orientados a la capacidad de pensar del alumno y respeto a la figura del maestro.

    "El logro escolar sólo será posible si alumnos, maestros, padres de familia y autoridades caminamos juntos hacia una misma dirección. Pero hay que recordar que en toda reforma social hay opiniones que no suelen ser homogéneas, que son contradictorias, y que el sentido común y la percepción democrática, así como la valoración intelectual de la propuesta, puede evitarnos el riesgo de querer quedar bien con todos, para quedar bien con nadie; de esa suerte, la reforma resultaría vacía"

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